En una reunión de profesores uno de ellos se quejaba de que por más trucos que realizaba en clase no lograba sino un pobre recuerdo de lo contenidos desarrollados con sus alumnos.
El profesor más antiguo sonreía y recordaba sus problemas cuando planificaba concentrando su trabajo en los temarios, en las fechas de cada bimestre, en los exámenes. Con el tiempo se fue dando cuenta de que planificar muchos ejercicios sobre un mismo tema (“más de lo mismo”) difícilmente implica un aprendizaje si no está precedido de la construcción del conocimiento por parte de cada uno de los estudiantes.
Recordó que cuando decidió invertir más tiempo en observar cómo estaban pensando sus alumnos, y en introducir el tema del pensamiento como parte de los temas de su materia, si tuvo oportunidad de terminar su programación; además de obtener un mejor recuerdo de la información por parte de sus alumnos. De hecho aunque algunos colegas le indican que parecía que estaba adelantando poco, el se siente satisfecho por que logra cubrir sus metas trazadas y sus alumnos muestran estar más motivados para el aprendizaje.
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